martes, 17 de abril de 2018

BLOQUE 12. NORMALIZACIÓN DEMOCRÁTICA DE ESPAÑA E INTEGRACIÓN EN EUROPA (DESDE 1975)

BLOQUE 12. NORMALIZACIÓN DEMOCRÁTICA DE ESPAÑA E INTEGRACIÓN EN EUROPA (DESDE 1975)
12.1 La Transición: alternativas políticas tras la muerte de Franco. El papel del rey y el gobierno de Adolfo Suárez. El restablecimmiento de la democracia: las elecciones de junio de 1977. La Constitución de 1978. El Estado de las Autonomías. El terrorismo durante la Transición. 
Comenzamos con el video del Ies Sánchez Lastra:



 Y la presentación de Isable Climent:


domingo, 25 de marzo de 2018

BLOQUE 11. La Dictadura Franquista (1939-1975)

BLOQUE 11. La Dictadura Franquista (1939-1975)

Como siempre el video del profesor Marcos Álvarez






Presentación de Isabel Climent

 


LA DICTADURA FRANQUISTA: RÉGIMEN POLÍTICO, EVOLUCIÓN SOCIAL Y ECONÓMICA.
INTRODUCCIÓN.
1. EL RÉGIMEN POLÍTICO: EL FRANQUISMO.
1.1. DEFINICIÓN DE RÉGIMEN Y CONSIDERACIONES GENERALES.
- Al finalizar la guerra con la victoria de los “nacionales”, se impuso en España el régimen más centralizado de
nuestra historia. Sólo Navarra y Álava que habían contribuido significativamente a la victoria nacional,
conservan una cierta autonomía administrativa, mientras que los estatutos de autonomía de Cataluña, Vizcaya
y Guipúzcoa, eran totalmente abolidos.
- Cuando a principios de agosto de 1939 Franco decidió reorganizar su gobierno lo hizo buscando un cierto
equilibrio entre las distintas facciones que apoyaban su régimen, militares, monárquicos alfonsinos y carlistas,
tecnócratas del Opus Dei y falangistas. En el Nuevo Estado, las Fuerzas Armadas que habían iniciado el
levantamiento y lo habían llevado a la victoria, tuvieron una posición predominante; Franco puso en sus manos
el orden público e incluso les confío ciertas carteras.
- El conjunto de los grandes principios que subyacen en su dirección de la vida pública de España, puede
resumirse en la frase que el mismo Franco escribió: “Un hondo sentido católico y social y el deseo de abolir
para siempre la causa de nuestra decadencia, partidos políticos en pugna, masonería y comunismo”.
La definición de su régimen fue adquiriendo mayor complejidad a medida que éste se prolongaba en el tiempo
por su persistencia y por los sucesivos cambios que experimentó: evoluciones políticas y alteraciones o
variaciones de los objetivos prioritarios del régimen. Además hay que tener presente a la hora de definirlo y
clasificarlo el carácter personal de Franco (“que  fue ante todo y sobre todo un militar”).
Franco nunca definió una ideología formal que pudiera compararse con las doctrinas políticas de su siglo,
pero siempre defendió un conjunto de creencias fundamentales cuyos valores y objetivos básicos variaron
mínimamente. Franco creía en el Centralismo, en el NACIONALISMO, LA RELIGIÓN CATÓLICA, EN LA
EXISTENCIA DE UN GOBIERNO FUERTE Y AUTORITARIO, EN LA AUSENCIA DE PARTIDOS POLÍTICOS Y
EN UN PROGRAMA DE DESARROLLO ECONÓMICO, acorde a las necesidades políticas y nacionalistas.
En sus principios políticos era básicamente MONÁRQUICO.
- Se suele decir que la ideología de Franco se define mejor por aquello a lo que se oponía (al sistema
parlamentario basado en la existencia de partidos políticos; al marxismo; a la masonería; al laicismo; al
materialismo; a la economía internacional de libre mercado...) que por lo que defendía. El régimen de Franco,
que inicialmente fue una forma extrema de dictadura era, según S. Paine, claramente autoritario y no totalitario,
ya que jamás trató de controlar la totalidad de la vida económica de España, ni todas las instituciones sociales,
culturales y religiosas del país. (Siguiendo a Paine el Totalitarismo se puede definir como el control total de las
instituciones, que sólo se da con exactitud en las dictaduras socialistas, estalinistas más extremas). Aunque el
régimen no fue jamás estructuralmente totalitario, en un principio absorbió muchos elementos de la doctrina
fascista (más totalitarista) a través de la incorporación de la falange.
- Pero a partir de 1942, su componente fascista comenzó a reducirse.De 1942 a 1947 se restó protagonismo
a la FET (Falange Española Tradicionalista) y se iniciaron los avances encaminados a la promulgación del
Fuero de los Españoles.
- De 1956 a 1958. Se descartó la restauración e institucionalización del Falangismo; se pasó de una política
nacional autárquica a una política internacionalista semiliberal, y el programa de la FET fue sustituido por los
principios del movimiento.
- De 1966 a 1968 comenzó la etapa final de reducción del fascismo, con medidas que refinían el movimiento,
forzándolo a organizarse para sobrevivir, lo que no sucedió.
Santos Juliá afirma que las instituciones de la España franquista se parecen en muchos casos a las de la de
Italia fascista, aunque en ambos regímenes se encuentran claras diferencias:
1. El franquismo se estableció en un país que hacía tiempo que había dejado desempeñar un papel importante
en la política mundial, y que no reivindicada como así lo hacía el fascismo, una misión imperial.
2. Mientras el franquismo se impuso mediante golpe de estado, el fascismo triunfó sin un trauma total.
- Los rasgos comunes que comparten franquismo con el régimen de Mussolini y con el portugués de Oliveira
Salazar son los siguientes:
  • Autoritarismo político
  • Sistemas económicos normalmente cooperativos.
  • Organización política estatal burocratizada, esencialmente no revolucionaria.
  • Cierta autonomía para los sectores influyentes de la sociedad.
  • Política exterior imperialista.
Rasgos del franquismo: el régimen franquista fue siempre ajeno al pluralismo y a la libre circulación de opinión
y expresión; sus fuentes ideológicas, procedentes de la derecha, fueron plurales y careció de una ideología
concreta y elaborada. Fue una dictadura personal y no de un partido o de un estamento (por eso la
denominación de “franquismo”) y aunque Franco era un militar y tenía como uno de sus pilares básicos al
Ejército, no fue una dictadura de éste. El régimen se apoyaba también en la Iglesia Católica. Franco no se
tomó en serio, la tarea de institucionalizar el régimen, en parte porque habiendo nacido de una coalición
conservadora, sus distintos componentes tenían ideas sobre este particular distintas, cuando no contradictorias. Los distintos miembros de la coalición repudiaban el pasado republicano y aceptaban el arbitraje de Franco, pero siempre permanecieron en continua tensión entre sí respecto a la construcción del futuro, como afirma Tussel. Los conflictos potenciales que existían entre ellos eran evitados periódicamente por Franco, por su arbitraje, que se basaba en la división de cada una de las fuerzas constitutivas de la coalición conservadora.
Franco, monárquico convencido, aunque nunca en detrimento de su propia autoridad, planeó la restauración
monárquica en la persona de Juan Carlos, persuadido de que era la mejor solución posible para su régimen.
Durante los años que detentó el poder, se produjeron en España cambios profundos que convirtieron la época
de Franco en la transición definitiva a una era muy diferente.

1.2. LAS LEYES FUNDAMENTALES DEL RÉGIMEN.
1.2.1. EL FUERO DE TRABAJO. (Promulgado en Enero de 1938)
El Fuero concibe el trabajo como un derecho y como un deber social subordinado al bien común y como un
“servicio a la fortaleza de la Patria”, declarando que “el Estado se compromete a ejercer una acción constante
y eficaz en defensa del trabajador, su vida y su trabajo....” En sus 16 apartados, va enunciando los principios
rectores del ámbito laboral.
  • Derechos del trabajador a una retribución “suficiente, para proporcionarle una vida moral y digna”, a vacaciones anuales retribuidas, a subsidios familiares, a sindicarse en la forma y con los límites que luego se establecieron, a que el Estado se responsabilice de controlar tales condiciones a través de los propios sindicatos.
  • Mención aparte merece el apartado X, que da las bases de regulación de los seguros sociales: “se incrementarán los seguros sociales de vejez, invalidez, paternidad, accidentes de trabajo... tendiéndose a la implantación de un seguro total.”
Destacar también los apartados XI y XII por su posterior importancia.
  1. “ en general el Estado no será empresario, sino cuando falte la iniciativa privada o lo exijan los intereses superiores de la nación.”
XII. “el Estado reconoce y ampara la propiedad privada... todas formas de propiedad quedan subordinadas al
interés supremo de la nación cuyo intérprete es el Estado.”
1.2.2. LEY CONSTITUTIVA DE LAS CORTES (17 de julio de 1942, modificada en 1967).
Consta de 17 artículos. El primero establece que “Las Cortes son el órgano superior de participación del pueblo
español en las tareas del Estado. Es misión principal de las Cortes la preparación y elaboración de las leyes,
sin perjuicio de la sanción que corresponde al Jefe del Estado. “ El decreto de la Junta de Defensa Nacional de
1936, que designa a Franco como Jefe del Estado Español estableció que a dicha fecha“ corresponde la
suprema facultad de dictar normas jurídicas de carácter general. “ o sea, le atribuía a Franco la facultad
legislativa. Dicha facultad no se vio mermada al promulgarse la Ley Constitutiva de las Cortes. Porque primero
dicha ley exponía que la potestad legislativa continuaba correspondiendo a la Jefatura del Estado. Segundo.
La ley atribuía a las Cortes solamente la facultad de preparar y elaborar las leyes.
Con el tiempo, el poder legislativo del Jefe de Estado fue sometiéndose así progresivamente a las Cortes,
siendo 1967 una fecha que introdujo cambios sustanciales en el sistema, al promulgarse la Ley Orgánica del
Estado, donde se establecía, entre otras, que la misión fundamental de las Cortes es la elaboración y
aprobación de las leyes, o robusteciendo su papel en detrimento de las facultades del Jefe del Estado.
1.2.3. FUERO DE LOS ESPAÑOLES (17 de julio de 1945, modificada en 1967).
Es “el texto fundamental definidor de los derechos y deberes de los españoles y amparador de sus garantías...”. Dada la vaguedad de los derechos que establece el fuero, su ejercicio efectivo necesariamente se remite a las leyes que los regulan, como ocurre con la parte dogmática de todo texto constitucional.
1.2.4.LEY DE REFERÉNDUM NACIONAL (22 OCTUBRE DE 1945).
Consta de 13 artículos precedidos por una Exposición de Motivos en la que se declara: “ abierta para todos
los españoles su colaboración en las tareas del Estado a través de los organismos culturales, constituidos por la familia, el municipio y el sindicato... esta Jefatura del Estado instituye la consulta directa a la nación en
referéndum público, en todos aquellos casos en que por la trascendencia de las leyes, o incertidumbre en la
opinión, el Jefe del Estado estime la oportunidad de conveniencia de esta consulta... “
1.2.5.LEY DE SUCESIÓN DE LA JEFATURA DEL ESTADO (26 DE JULIO DE 1947).
Establece las normas básicas de la sucesión, entre las que destaca el artículo 9, donde establecía que:
“para ejercer la Jefatura del Estado como rey o regente se requería ser varón español, haber cumplido 30 años,
profesar la religión católica, poseer las cualidades necesarias para el desempeño de su alta misión y jurar las
leyes fundamentalmente así como lealtad a los principios que informan el movimiento nacional... “.
1.2.6. LEY DE PRINCIPIOS DEL MOVIMIENTO NACIONAL  (17 de mayo de 1958).
Establecía las directrices que inspiraban la política española y que habían de servir de guía a la acción
legislativa y de gobierno. De forma resumida: los principios y derechos que se proclaman son:
  1. Unidad trascendental de España y la integridad de la patria.
  2. Acatamiento a la ley de Dios según la doctrina de la Iglesia Católica.
  3. Subordinación de todos los intereses individuales al bien común de la Nación.
  4. La participación del pueblo en las “tareas legislativas y demás funciones de interés general” a través de la familia, el municipio y el sindicato, estructuras básicas de comunidad. El derecho al trabajo; a una justicia independiente; a la educación; a la salud física y moral; a la asistenci y seguridad social y a una equitativa distribución de la renta y de las cargas fiscales.

1.3. LAS INSTITUCIONES  DEL RÉGIMEN.
La Ley Orgánica del Estado de 10 enero de 1967 (LOE) que modificó numerosos aspectos de las Leyes
Fundamentales del Régimen, reguló las instituciones básicas de su gobierno.
1.3.1.EL JEFE DEL ESTADO.
Es la representación de la nación y quien personifica la soberanía nacional. El artículo 6 de la LOE.
“Ejerce el poder supremo, político y administrativo, sanciona y promulga las leyes y provee a su ejecución y
en su nombre se administra justicia”. Funciones ejecutivas:
  • El mando supremo de los ejércitos.
  • Garantizar el funcionamiento regular de los Altos Órganos del Estado.
  • Velar por la conservación del orden en el interior y por la seguridad del Estado en el exterior.
  • Designar y cesar al Presidente de las Cortes y demás Altos Cargos según las leyes.
  • Convocar y presidir  el Consejo de Ministros y la Junta de Defensa Nacional.
  • El Jefe del Estado dirige la gobernación del Reino por medio del Consejo de Ministros.
1.3.2. GOBIERNO DE LA NACIÓN.
“El Consejo de Ministros constituido por el Presidente del Gobierno, el Vicepresidente y Vicepresidentes si los
hubiere, y los Ministros, es el órgano que determina la política nacional, asegura la aplicación de las leyes,
ejerce la potestad reglamentaria y asiste de modo permanente al jefe del estado en los asuntos públicos y
administrativos.” Artículo 13 LOE.
1.3.3. MINISTROS.
Son los más importantes órganos de la administración central con competencias especiales, eran los Ministros,
los que se encontraban al frente de cada una de las grandes ramas en que se dividía la administración
(justicia, economía, trabajo, gobernación...).
1.3.4. LAS CORTES.
Además de participar en las tareas legislativas, deberán “de acuerdo con la Ley de Sucesión resolver todas las
cuestiones que puede surgir en orden a la sucesión en la Jefatura del Estado “, “Autorizar al Jefe del Estado
para realizar aquellos actos que por ley fundamental requieran la intervención de las Cortes “ y realizar aquellas
tareas que les hayan sido conferidas por las leyes Fundamentales.
1.3.5. EL TRIBUNAL SUPREMO.
La alta inspección de la Justicia corresponde al Tribunal Supremo. Su presidente será designado entre juristas
españoles de reconocido prestigio. “La justicia gozará de COMPLETA INDEPENDENCIA. Será administrada en
nombre del Jefe del Estado, de acuerdo con las leyes, por jueces y magistrados independientes, inamovibles y
responsables, con arreglo a la ley”. (Artículo 29 de la Ley Orgánica del Poder Judicial).
1.3.6. LA JUNTA DE DEFENSA NACIONAL.
Las Fuerzas Armadas de la Nación y las Fuerzas de Orden Público, tendrán como objetivo garantizar la unidad
e independencia de la Patria, la integridad de sus territorios, la seguridad nacional y la defensa del orden
institucional. La Junta de Defensa, compuesta por el Presidente de gobierno, los Ministros de los departamentos
militares, el Jefe del Alto Estado Mayor y los Jefes de Estado Mayor de los tres ejércitos, será la que proponga  
al gobierno las líneas generales a seguir en materia de seguridad y defensa de la Nación.

1.4. LA POLÍTICA  EXTERIOR DEL RÉGIMEN.
En la política exterior destacan varios hechos fundamentales habida cuenta de su trascendencia y repercusiones,
que afectaron no sólo a la política internacional sino también al desarrollo interno de España. Su posición como
potencia neutral, o no beligerante durante la 2ªWW, es probablemente el más significativo de todos ellos.
El régimen, a pesar de su inclinación hacia Alemania y hacia Italia, que en noviembre 1936 habían reconocido a
la Junta de Burgos, y que además durante la Guerra Civil española apoyaron a los “nacionales”, decidió
mantener a España al margen del conflicto, llegando a soportar grandes presiones por parte de Alemania para
que entrara en la guerra. Cuando en noviembre de 1940, Franco se entrevistó en Hendaya con Hitler para
debatir su intervención en la guerra y para que tomara parte en la denominada “Operación Félix” (conquistar
Gibraltar y debilitar así el poderío británico al privarle del control de la entrada al Mediterráneo) la posición de
España, de no beligerante, frente al conflicto no varió.
Otro hecho fundamental fue la organización de la “División Azul” en 1941 para combatir contra Rusia y frenar
en lo posible su avance en la Europa del Este. Con la División Azul el régimen pretendía más que apoyar a la
Alemania de Hitler, luchar contra el comunismo. En épocas recientes han salido a la luz publicaciones como
“De héroes e indeseables” de José Luis Ruiz Jiménez en el que se analizan entre otras cosas las razones del
alistamiento de hombres en La División Azul, a menudo con la intención de desertar y unirse al ejército Soviético
y en ocasiones para lavar a sus respectivas familias del incómodo y problemático título o fama de “roja”.
El tercer acontecimiento fundamental tuvo lugar en junio de 1945, cuando tras la condena de la ONU del
régimen español y su negativa a que España entrada en las Naciones Unidas, el régimen fue condenado al
ostracismo político y militar (sobre todo por su origen en la Guerra Civil). A pesar del ostracismo ninguna potencia
occidental nunca estuvo dispuesta a realizar una intervención militar directa contra el régimen de Franco. En
diciembre de 1946, una subcomisión del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas decidió recomendar la
retirada de los embajadores acreditados en Madrid si Franco no establecía pronto un gobierno representativo.
Así se retiraron todos los embajadores y España quedó prácticamente aislada del mundo, con la salvedad de
sus relaciones con varios gobiernos de Hispanoamérica (de los que destaca el gobierno argentino de Juan
Perón), quien desafiando a las Naciones Unidas nombró a un nuevo embajador en Madrid, proporcionando al
régimen de Franco un respaldo crucial durante 1946,1947 y 1948 y con algunos países árabes de Oriente Medio.
A pesar de la retirada de embajadores, ninguna potencia occidental rompió por completo las relaciones con
España. Cuando comenzaron a establecerse las dictaduras comunistas en varios países de la Europa del Este
ocupados por la Unión Soviética, el ostracismo hacia España comenzó al debilitarse. A principios de los 50´s,
tras haberse negociado acuerdos comerciales con Gran Bretaña y con Francia, y después también de haber
variado la política americana hacia España (debido a un grupo de senadores y congresistas Estados Unidos que
lograron que su gobierno nos concediera un cuantioso préstamo), los aspectos más severos del aislamiento
interno habían llegado a su fin.
En 1951 España entraba en la OMS; en el 52 en la UNESCO y en el año 53 en la OIT. Ese año se firmaba el
“pacto de Madrid” entre España y EEUU, cuyos acuerdos preveían la defensa mutua y la asistencia militar a
España durante 10 años, así como una ayuda económica considerable (y por supuesto la instalación de bases
aéreas norteamericanas en territorio español). En 1955 España era finalmente admitida en la ONU. La
asociación de España con EEUU contribuyó, después de todo, a reforzar el régimen de Franco, tanto en el
interior como en el extranjero.
En los 60 en el contexto descolonizador se da la independencia a Guinea Ecuatorial, Se cierra la verja con
Gibraltar tras el referendum en el que deciden permanecer bajo soberanía británica. Además se ratifican los
acuerdos con EEUU y se consigue un acuerdo preferencial con la COmunidad Europea aunque no se permite
la entrada española.
Los últimos meses del régimen estuvieron marcados por el abandono del Sahara y la enfermedad de Franco.
El Sahara era reclamado por Marruecos, mientras los argelinos

2.  EVOLUCIÓN  ECONÓMICA
2.1. LA POLÍTICA ECONÓMICA DE LOS AÑOS 40.
2.1.1. EL COMIENZO DE LA AUTARQUÍA.
Resolver los problemas económicos provocados por la guerra era una tarea ardua y complicada ya que, los
trastornos económicos habían sido muy graves (destrucción, pérdida de vidas humanas, descenso de la
natalidad, caída de la renta per cápita...) además la reconstrucción y el desarrollo se vio afectado por los
efectos a largo plazo de la depresión, y por la creciente crisis internacional que acompañó al estallido de la
Segunda Guerra Mundial.
La escasez de capital nacional que pudiera movilizarse para reconstruir España fue uno de los problemas más
graves con los que se enfrentó nuestra economía en los primeros años de la posguerra. El gobierno republicano
de la guerra había liquidado prácticamente las reservas de oro del Estado; la deuda pública era elevada y el
país carecía de un mercado interior de capitales en el que pudieran generarse fondos fácilmente. Los recursos
públicos eran escasísimos. La Guerra Civil había alterado las pautas del comercio internacional. Y con la 2ª GM
difícilmente podrían restablecerse y se redujo la posibilidad de negociar préstamos con otros países y de obtener
divisas.
Y Alemania e Italia no disponían de capital sobrante para conceder los préstamos.
- Así, se estableció un programa económico nacionalista, autárquico, cuyos objetivos principales eran lograr el
desarrollo nacional y alcanzar el mayor grado posible de autosuficiencia. En el 39 se creó un instituto de crédito
para la reconstrucción, que concedía préstamos a los particulares a largo plazo y a las empresas que
participaban en la reconstrucción. Siguiendo la línea de la política económica autárquica se formuló un
“PLAN DE RECONSTRUCCIÓN NACIONAL” en 1939, que proponía la eliminación del déficit de la balanza de
pagos exterior en una década, mediante un programa de construcción de pantanos que, estimularía la producción
eléctrica y suministraría agua para la irrigación, dotaría a España de reservas de agua abundantes con la que
hacer frente a los períodos de sequía, lamentablemente muy frecuentes. El programa autárquico fue, en general
bastante ineficaz, debido a que su política era arbitraria, a que se improvisaba con frecuencia y a la falta de
coordinación. Los controles estatales determinaban los precios y los salarios nominales y la política estatal
tendía a reforzar la estructura económica existente basada en la pequeña y mediana empresa, concediendo
créditos aunque las compañías fueran poco rentables. Así, era muy difícil lograr que surgieran economías de
escala, necesarias para un óptimo funcionamiento de la economía. Un desarrollo rápido y eficaz requería
inversiones cuantiosas de capital y la introducción de técnicas modernas, pero ambas medidas eran difíciles de
llevar acabo. Las prioridades estatales, combinadas con el ostracismo internacional de España, impedían la
búsqueda de capital extranjero. En el comercio y en el cambio extranjero eran las áreas donde la autarquía era
más rigurosa.
2.1.2.LA INDUSTRIA Y AGRICULTURA.
El impulso para la industria autárquica se inició a finales de 1939 con la “Ley de Protección y Fomento de la
Industria Nacional “ y con la posterior “ Ley de Ordenación y Defensa de la Industria Nacional “. En 1941 se
creaba el Instituto Nacional de Industria (INI) Holding estatal de inversiones para estimular la industrialización.
Su objetivo: “propulsar y financiar en servicio de la nación, la creación y resurgimiento de nuestras industrias”.
La política estatal concedía una importancia enorme a la producción siderúrgica y a la expansión hidroeléctrica,
y ambas a finales los 40´s registraron un crecimiento considerable. El INI jugó un papel muy importante en esos
años, en la absorción de carbón, carburantes y energía eléctrica y creó en el año 42 y 48, grandes empresas
como IBERIA y ENASA. En los años cuarenta se nacionalizaron, además, la compañía TELEFÓNICA y el
Ferrocarril. En el año 46 se comenzó a dedicar más atención a la mejora de las vías de comunicación.
El crecimiento industrial más espectacular en este periodo se produjo en la energía eléctrica. En el 48
comenzaron las inversiones globales, generalizándose a partir de ahí la expansión industrial.
La agricultura, base de nuestra economía y su sector más importante, continuó deprimida por los efectos de la
guerra, las malas cosechas, las regulaciones estatales restrictivas y a la consecuencia de sequía, que se
agravaba por la falta de inversiones y de mejoras técnicas.
Los 40´s fueron una década de escasez y racionamiento de artículos de primera necesidad. Esto se mantuvo en
distinto grado 10 años. España, país esencialmente agrícola, tuvo que destinar gran parte de sus escasas
divisas a la importación de alimentos básicos. Escasez y racionamiento dieron lugar al resurgimiento de un
mercado negro, que se desarrolló enormemente y en el que los alimentos eran los productos más importantes
(sobre todo los años 40).
Aunque las tierras cultivadas habían disminuido, la población agrícola continuó aumentando, debido al menos
en parte, a las restricciones y el desempleo en la industria urbana y al crecimiento demográfico natural.
La NECESIDAD DE UNA REFORMA AGRARIA, llevó al gobierno a implantar un programa de reformas técnicas
con el que incrementar los ingresos y la producción. Además el gobierno buscaba la forma de mejorar la
situación de los campesinos más pobres (aumentando entre ellos el número de propietarios). Con todas las
medidas adoptadas sólo se logró asentar en nuevas parcelas a un número reducido de campesinos sin tierra.
Sólo a fines de los 40´s  comenzaron a producirse ciertas mejoras, en aquellas áreas donde la irrigación se
estaba desarrollando y en las que además se habían introducido otros servicios técnicos con los que aumentar
la producción. En esta década, la inversión en agricultura representó el 4% de los totales duplicándose este
porcentaje en 1952, a partir de cuando, siguió aumentando, progresivamente la inversión en este sector. Así a
partir de los años 50 comenzaron a producirse cambios significativos en la agricultura española, con los que se
inició la transformación agrícola que iba a producirse en los últimos 25 años del régimen.
2.2. EL DESARROLLO.
2.2.1. LA ÚLTIMA FASE DE LA AUTARQUÍA.
De 1950 a 1975 se produjo el mayor desarrollo económico de nuestra historia, que comportó una mejora
constante del nivel de vida. En esos años se alcanzó un proceso económico, social y cultural muy considerable.
Coincide con una prosperidad a nivel mundial. A la mejora de nivel de vida se le unió un debilitamiento de la
oposición al régimen. Hasta 1959 fue completamente necesario liberalizar la política económica y el año en el
que se inició la mayor fase de crecimiento económico, la política económica del régimen siguió basándose en la
semiautarquía. Aunque la “reconciliación” con los EEUU comportó una mayor integración económica
internacional, las importaciones siguieron siendo restringidas y el comercio internacional regulado por el Estado.
Cuando el gobierno del año 51 vio que esta semiautarquía limitaba nuestro mercado y había que importar una
serie de productos y técnicas, comenzaron a plantear la necesidad de introducir cambios en la política económica,
renunciando, al menos en parte, al estatalismo y a la autarquía.
Es cierto que la economía internacional de libre mercado, que alentó la expansión europea de los años 50 y 60,
no era ni el tipo de desarrollo planeado por Franco ni su preferido, pero cuando vio que realmente beneficiaría a
la economía española se mostró dispuesto a integrarse en la economía internacional, iniciando la apertura de su
régimen. En 1952 cesó el racionamiento de los productos básicos, comenzó a aumentar el turismo y empezaron
a crecer las importaciones, pero se hizo muy poco por fomentar las exportaciones que en la década siguiente
quedaron prácticamente estancadas. El mayor problema en los 50´s de la economía fue el aumento de la inflación,
provocada por los déficits públicos que se dieron a partir del año 54. Estos fueron causados por las grandes
inversiones que el Estado realizaba en el programa industrializador para conseguir la autosuficiencia. Había que
conseguir nuevas inversiones de capital, así como la aplicación de nuevas técnicas, pero ambas debían
proceder del exterior y sólo podrían costearse si se llevaba a cabo una reforma de la política económica para
impulsar nuestras exportaciones y nuestra producción de bienes y servicios con los que competir en el mercado
internacional.
2.2.2. EL PLAN DE ESTABILIZACIÓN DE 1959.
El “PLAN ESTABILIZACIÓN INTERNA Y EXTERNA DE LA ECONOMÍA”, decreto -ley publicado en 1959 tras
un préstamo del gobierno estadounidense, tenía como objetivo fomentar el ahorro, abrir la economía española
al mercado internacional (mediante la liberación) y la deflación. Este programa económico no era plenamente
un programa de libre mercado, pero supuso una apertura considerable. Aunque en un principio provocó un
momentáneo incremento del desempleo y un pequeño descenso de los ingresos reales, alcanzó muy pronto
sus objetivos: a fin de 1959 la reserva de divisas españolas tenían un superávit de 100 millones. Ese año
Franco aprobó la nueva orientación de la economía española.
El rotundo cambio de la situación económica fue seguido por varias reformas: en 1960 un nuevo arancel
sistematizó los cambios en los niveles de protección. En 1962 se nacionalizó el Banco de España y se impuso
una nueva reglamentación antimonopolio tanto al comercio como a la  industria, con el fin de fomentar la libre
competencia. En 1967 se realizó una reforma fiscal y se puso en marcha el primer Plan de Desarrollo” que
se concentraba sobre todo en la  industria metalúrgica, la maquinaria, la construcción naval, la construcción de
carreteras, la industria química, la mecanización de la agricultura y el desarrollo de la pesca; y que pretendía
fomentar nuevas inversiones, la expansión de las exportaciones y una mayor integración de la economía
nacional. El aumento de la inversión extranjera, otro objetivo del programa, se logró gracias a cuantiosas
inversiones en la industria turística que se convirtió en los 60 en una de las más eficaces del mundo. Otro
gran objetivo, el crecimiento de las exportaciones, no alcanzó el mismo éxito, ya que continuó siendo
insuficiente para equilibrar nuestra balanza comercial, en déficit, debido a las crecientes importaciones de
alimentos y bienes capitales; aunque gracias al turismo se pudo compensar la diferencia de 1960 -1975.
Tras los ingresos del turismo se situaban los ingresos de la inversión extranjera directa realizada sobre todo en
propiedades, inversiones comerciales e industrias directas y en la bolsa.
Aunque la nueva política contaba con el apoyo de la Organización Sindical, fue bastante impopular, en principio,
entre los trabajadores por la congelación de sus salarios, del 1957 al 1961. A su vez, el descenso en los
ingresos reales que se produjo durante la fase inicial del Plan de Estabilización, provocó una oleada migratoria
de la mano de obra excedente hacia Francia, Bélgica, Alemania y Suiza. (En los 70´s la Europa occidental
absorbió prácticamente un millón de trabajadores españoles). Esta emigración, unida a la gran expansión del
empleo que se produjo en España, logró que el desempleo urbano y gran parte del subempleo rural, fueran
eliminados casi por completo. La emigración favoreció a la economía española con los envíos de dinero de los
trabajadores emigrados a sus familias, esto fue una buena fuente de divisas adicional y según Paul Preston
otro de los pilares en los que se apoyó el desarrollo español.
A principios de los años 70 la expansión económica experimentó un nuevo acelerón, aunque en este caso fue
más bien momentáneo (de 1960-1975 la tasa de crecimiento medio anual de España fue la más elevada de
Europa y la 2ª más alta del mundo después de Japón). Ya en 1969 España se había situado en el puesto 12º
en la lista de los países más industrializados del mundo y poco después en el 11º. Dentro del Plan de Desarrollo
se crearon también los denominados “POLOS DE DESARROLLO” para superar el fuerte desequilibrio
económico que existía entre las distintas regiones de España. Se crearon focos de desarrollo especiales en
áreas subdesarrolladas: Huelva, Sevilla, Zaragoza, Valladolid, Burgos y Vigo. Esta medida no alcanzó el éxito
previsto ya que aunque se llevaron a cabo considerables inversiones, hubiera sido necesario aumentarlas para
vencer el obstáculo que suponía la falta de estructuras. Como consecuencia de esto, parte de la inversión se
realizó de forma inadecuada: x ejm en Huelva, se realizó un gran complejo químico pero seguiría siendo una
provincia agrícola atrasada. De todas formas Vigo y Valladolid consiguieron acercarse a los objetivos señalados
y Zaragoza pudo beneficiarse del incremento de las inversiones privadas.
Los principales centros industriales continuaron siendo Barcelona y el norte de Vascongadas, a los que sirvió
Madrid, que se estaba transformando en una de grandes megalópolis de Europa, debido que el desarrollo había
acelerado en la centralización.
2.2.3. LOS LÍMITES DE DESARROLLO.
De 1960 -1975, España logró convertirse por 1ª vez,en un país industrializado relativamente acomodado. La
modernización se había conseguido finalmente, y a un ritmo acelerado.
A pesar de esto la política económica del régimen tuvo que soportar una oleada de críticas sin precedentes a
partir de la segunda mitad de los 60´s, por personas que mantenían  que España había fracasado en sus intentos
por superar los defectos estructurales más importantes y que el desarrollo alcanzado dependía de capitales
extranjeros y de expansión económica que de forma generalizada se había provocado en Europa. Se criticó la
influencia de grandes bancos, el fracaso por no haber superado el desequilibrio existente entre regiones, la falta
de viviendas y la pobreza de los servicios municipales en aquellas zonas industriales aún en expansión, la
incapacidad de proporcionar empleo a toda la mano de obra que existía en el país, la limitada participación de
los obreros en los ingresos de la nación,… Muchas de estas críticas no eran sino una forma encubierta de la
oposición política al régimen. Aunque algunas de ellas hacían referencias a fallos muy importantes que se
habían cometido, otras únicamente iban dirigidas a fenómenos inevitables propios del desarrollo económico.
Con los tres planes económicos de desarrollo se intentó lograr una redistribución más equitativa de los ingresos.
Hay que tener incluso presente que el tercer Plan de Desarrollo de 1973, se esforzó aún más que los anteriores
para intentar mejorar a las provincias más atrasadas, aunque sus resultados fueron muy escasos, dado que,
como ocurre en casi todos los países, el capital afluía a lugares en los que los beneficios pudieran ser más
elevados.
Hay otra serie de problemas que sí dependían directamente de la propia política económica como es el hecho
de que el sistema no estuvo jamás completamente abierto a la economía de mercado, ya que se mantenían
controles de precios y cambios para determinadas actividades y un nivel bastante elevado de reglamentación
industrial, protección al comercio y a la agricultura. Otro gran problema y uno de los efectos secundarios de la
autarquía, fue la corrupción bastante extendida.
La aplicación de las tecnologías más avanzadas no se logró más que en un número reducido de industrias y en
cuanto a la agricultura, a pesar de su enorme transformación se especializó progresivamente, de forma, en
general bastante inadecuada para las necesidades de la población española, lo que hizo necesaria la
importación a gran escala. La inflación aunque disminuyó no desapareció por completo. El empleo de toda la
población se sigue logrando gracias a grandes emigraciones, a pesar de la gran velocidad a la que creció el
empleo industrial.
En 1975 la economía española se enfrentaba con una gran recesión internacional (crisis del petróleo de 1973)
un declive muy brusco de la inversión extranjera y una drástica caída de la tasa de crecimiento. Las nuevas
condiciones de mercado hicieron que parte de nuestras industrias más importantes (por ejemplo, la metalurgia y
la construcción) fueran incapaces de competir.
Aunque la estructura social española se había transformado profundamente (la clase media se habían
ensanchado enormemente) persistían graves desigualdades económicas entre las regiones más atrasadas y las
más avanzadas. Las limitaciones del desarrollo no descalifican el hecho mismo del desarrollo, gracias al cual el
nivel de vida de los españoles se elevó considerablemente y por el que España logró progresar más que ningún
otro país de su mismo grado de desarrollo de 1950-1975 y pudo adquirir los recursos que permitieron que el
nuevo régimen de 1976 -1977 pudieran enfrentarse a la recesión económica, sobrevivir a la pérdida de gran
parte de las inversiones extranjeras y a la disminución de los ingresos que enviaban los emigrantes, y pudo
finalmente realizar los ajustes que más tarde le permitieron salir adelante.

3. SOCIEDAD: EVOLUCIÓN Y TRANSFORMACIÓN. CONSECUENCIAS DEL DESARROLLO.
Los años 40 fueron en España una década de prolongada penuria (escasez, hambre, racionamiento...) acusada
con distinta intensidad según las provincias. En esos años de fuerte inflación, los mayores logros se produjeron
en la atención sanitaria más básica y el sistema de seguridad social del régimen se desarrolló paulatinamente,
mediante la aprobación de una serie de disposiciones:
  • Julio 1938 se aprueba la concesión de subsidios para las familias especialmente numerosas.
  • En septiembre de 1939 se inicia con el seguro de vejez, un programa de previsión social estatal.
  • En diciembre 1942 se aprueba la creación del seguro obligatorio de enfermedad.
En líneas generales aunque el régimen anuló la mayor parte las transferencias de propiedad que se habían
llevado a cabo durante la República, su política social adaptó gran parte de la legislación social precedente,
ampliándola incluso en algunos aspectos. Una innovación muy importante fue la creación en 1939 del Instituto
Nacional de la Vivienda (INV), que debía encargarse de financiar la construcción de nuevas viviendas de
protección oficial, para aquellos grupos sociales que tuvieran un nivel bajo ingresos, la aprobación de la Ley de
Viviendas Protegidas, la Obra Sindical del Hogar y Arquitectura, perseguían el mismo fin, también se adoptó
una medida especial para atender a las “Regiones Devastadas.”
El Ministerio de Trabajo fue el que desarrolló durante esos años las prestaciones de bienestar social, ya que
aunque éstas se habían dividido entre la organización sindical (dependiente del estado) y Ministerio, la primera
tardo varios años en formarse.
El sistema de Seguridad Social fue iniciado, modestamente, por el Ministerio de Trabajo en el año 40. España
era entonces un país con una población bastante joven y pocos jubilados y los subsidios no constituían, una
gran carga, a pesar del bajo nivel de cotización. En 1964 se incluyó en la seguridad social a la población agrícola
y en 1971 a los pequeños comerciantes y al resto de los trabajadores autónomos, en esta fecha ya habían
aumentado el número de jubilados y el sistema español comenzó a registrar déficit: con una reforma en 1972
se aumentaron las cotizaciones y se incluyeron en el sistema todos los trabajadores, que aún no estaban
cubiertos por la Seguridad Social. Dos años más tarde el déficit se convertía en un problema muy grave. El
régimen mostró siempre un interés especial por el  bienestar social y ya en los años 40, a pesar de la escasez y
el hambre logró que mejoraran las condiciones de salud pública (por ejemplo, continuado descenso de
mortalidad infantil). A partir de los 50´s y sobre todo los 60 y 70 la situación de la población experimentó una
mejora sin precedentes, dando la industria de los años 60 y 70 una transformación social y cultural. Las ciudades
gracias a la industria crecieron rápidamente, absorbiendo la población de pequeños pueblos y zonas agrícolas.
Hacia 1975 aproximadamente el 40% de la mano de obra trabajaba en el sector terciario; el 38% en la industria
y sólo el 22% en el sector primario. Con este ritmo de desarrollo la psicología social evolucionó, adaptándose a
la cultura consumista, generalizada en todo el mundo occidental en la segunda mitad del siglo. El gran desarrollo
elevó el nivel de la renta nacional global y comenzó a distribuirla conforme la población iba adquiriendo un nivel
de educación más elevado, y conforme comenzó a concentrarse en las ciudades y trabajar en el sector secundario.
El aumento correspondiente al nivel de vida de 1960 a 1975 fue más acusado que la historia de España había
registrado hasta el momento. Pero el que se experimentó de 1975 a 1978 fue aún más espectacular. Aumentaba
el consumo y se reducían las horas semanales de jornada laboral.
El sistema educativo, también fue reformado durante el régimen. Las instalaciones educativas se mejoraron y
se abrieron nuevos centros. En 1974 España tenía por primera escuelas primarias para casi toda la población
infantil, exceptuando a la que vivía en aldeas aisladas. La calidad de enseñanza era, sin embargo, bastante
irregular y deficiente en algunas áreas. En cuanto a las universidades, a mediados de los años sesenta se
duplicó su número de apertura. Durante los 60 aumentaron rápidamente el número de universitarios. De 1970 a
1975 se disparó su número espectacularmente. Esto, entre otras cosas, ponía de manifiesto el aburguesamiento
de la sociedad española y la gran transformación que se estaba produciendo desde hacía años en la posición
social, los ingresos y las aspiraciones de la población española. Simultáneamente experimentó un aumento
enorme la industria editorial. A esto contribuyó la suavización de la censura a partir de 1966. La censura del
régimen fue muy estricta en sus 2 vertientes: política y moral. La censura política era tan intensa que la
oposición al régimen se realizaba en el exilio y clandestinamente.
Toda la prensa estaba controlada, así como las editoriales. No se podía publicar nada que atentara contra los
“principios morales” o contra el régimen. También estaba controlada la producción cinematográfica así como la
proyección de películas extranjeras, famosos son los casos de películas como “Viridiana”, de Buñuel, censurada
durante años en España. Aunque la censura, a medida que se iba registrando la apertura del régimen se fue
suavizando, jamás dejó de existir en vida de Franco. La seguridad ciudadana, estaba prácticamente garantizada
. Las fuerzas del orden controlaban una delincuencia con índices muy bajos.
Así, afirmamos que la estructura social experimentó cambios decisivos debido, en gran parte, a los cambios y
mejoras que tuvieron lugar en el empleo, a la mejora del consumo y de nivel de vida y de la educación.
Socialmente es muy significativo el aumento y ensanchamiento que tuvo lugar en las denominadas clases
medias. Con todo, lo que ello significó. El desarrollo, estuvo acompañado de profundos cambios sociales y
culturales: la escasez y en algunos casos, la ausencia de desempleo y el aumento constante de los ingresos en
la inmensa mayoría de sectores sociales provocaron un consumismo masivo; el turismo de masas unido a la
salida al extranjero de los españoles y el retorno de miles de trabajadores, comportaron, sobre todo, en los
últimos años del régimen, el conocimiento de gran parte de la sociedad española de estilos y formas de vida
distintas a nuestra tradicional cultura. Si a esto se suma la publicidad masiva y el bombardeo de los medios de
comunicación, comprendemos que la transformación también del entorno cultural fue tan acusada.